lunes, 20 de julio de 2020

EL REINO DE DIOS Y EL REINO DE SATANÁS – POR PEDRO SCHUMACHER, OBISPO DE PORTOVIEJO.





La Iglesia y la Francmasonería con el Liberalismo.


I. La Iglesia — El Reino de Dios.


   “El linaje humano, después de haberse rebelado contra Dios, se dividió en dos partidos distintos y opuestos. El uno es el Reino de Dios en la tierra; el otro es el Reino de Satanás, en cuyo poder y dominio están los que no quieren obedecer a la ley divina y eterna.” (Palabras de León XIII Enc. Humanum Genus.)


   1. ¿De quién traen su origen las sociedades civiles?
   Las sociedades civiles traen su origen de Dios, quien es Criador y supremo y soberano Ordenador de cuanto existe en el universo.


   2. ¿Por qué se debe reconocer a Dios por Autor y soberano Señor de la sociedad civil?
   Dios es el Autor y Señor de la sociedad civil primero, porque El crió al hombre en tales condiciones que debe buscar la sociedad de sus semejantes; segundo porque el mismo Dios comunicó al hombre la razón y la facultad de hablar que son los medios principales para organizar una sociedad y vivir en ella.
   “La naturaleza, o mejor dicho Dios, Autor de la naturaleza, quiere que los hombres vivan en sociedad: lo demuestran claramente ya la facultad del lenguaje, la más poderosa mediadora de la sociedad, ya el número de las necesidades innatas en el alma, y muchas de las cosas necesarias e importantísimas que los hombres, si viviesen solitarios, no podrían procurarse y que se procuran unidos y asociados entre sí.” (Palabras de León XIII. Enc. De Soc. Civ.)


   3. ¿Cuál es el fin que Dios ha señalado a la sociedad civil?
   El fin para el cual los hombres, movidos por la naturaleza, se reúnen en sociedad civil es que cada uno alcance los medios para llegar al fin que Dios le ha señalado, y es verdadero bienestar temporal en esta vida y felicidad eterna en la vida futura.
   El Papa León XIII precisa de la manera siguiente el fin y objeto de la sociedad civil en su Encíclica sobre los deberes de los católicos: “El fin de toda asociación humana es ayudar a cada uno para alcanzar el fin que Dios le ha puesto. Una sociedad civil, pues, que se propusiera buscar el bienestar temporal y lo que puede hermosear y hacer agradable la vida, pero en la administración y en todos los negocios públicos no tomara en cuenta a Dios y descuidara la ley moral dada por Dios, no cumpliría con su obligación, y sólo en apariencia, pero no en realidad y verdad, sería una sociedad humana fundada en derecho.” (Enc. Sap.)


   4. ¿De qué nos sirve la razón que Dios nos ha dado para organizar la sociedad civil?
   La razón nos da a conocer la ley natural de Dios que es el fundamento firme e indispensable para el orden público, y esta misma razón, iluminada por la fe, nos habilita para conocer la revelación sobrenatural, con la cual el Hijo de Dios ha completado y perfeccionado la ley natural, y le ha añadido los conocimientos y los medios sobrenaturales necesarios para alcanzar la vida eterna.


   5. ¿Cómo llamaremos a la sociedad humana cuando es ordenada según la ley de Dios?
   La sociedad civil organizada y ordenada según la ley divina es el reino de Dios en la tierra, porque semejante sociedad reconoce a Dios por Legislador y soberano suyo; le adora y le sirve. Esto es precisamente lo que el Liberalismo llama teocracia, afectando desprecio para una teoría que tanto ennoblece a la sociedad humana, pues ¿qué cosa puede ser más gloriosa para el hombre que reconocer a Dios por Señor, según está escrito? “Le adorarán todos los reyes de la tierra: todos los pueblos le servirán.” (Salmo. 71, 11.)


   6. ¿Qué hizo Dios para establecer su reino en la tierra?
   Dios estableció su reino cuando crió al primer hombre manifestándole su ley y voluntad, pero habiéndose destruido este reino por la desobediencia de Adán, mandó Dios a su propio Hijo, nuestro Señor Jesucristo, para restaurarlo. De Él está escrito que es “Rey de los reyes y Señor de los que gobiernan”.
   Jesucristo anunció esta su misión diciendo a sus apóstoles: “Decidles: El reino de Dios ha llegado para vosotros.” (S. Lucas 10, 9.)


   7. ¿De qué manera estableció Jesucristo el reino de Dios en la tierra?
   Jesucristo nos libró del poder de Satanás, nos enseñó la ley divina y nos dió su gracia para vivir según sus preceptos, y formar de esta manera una sociedad cristiana.


   8. ¿Á quiénes encargó Jesucristo el cuidado de su reino, cuando subió a los cielos?
   Jesucristo encargó a los pastores de la Iglesia que fundó, el cuidado de extender y conservar el reino de Dios en la tierra: “Como mi Padre me envió a mí, así os mando yo a vosotros.” (S. Juan 20, 21.)  “Id y enseñad a todos los pueblos, mandadles guardar todo cuanto os he encargado.” (S. Mat. 28, 19. 20.)


   9. ¿Deben por consiguiente los pueblos y sus gobiernos obedecer a la Iglesia?
   Los pueblos y sus gobiernos deben respetar y seguir la ley de Dios y, como la Iglesia está encargada de enseñar y explicar esta ley, se sigue de aquí que la sociedad civil debe obedecer a la Iglesia en todo cuanto se relaciona con la ley de Dios; en las cosas indiferentes o puramente temporales, la Iglesia los deja libres y no pretende mandar en ellas.


   10. Pero ¿no quiso Jesucristo enseñarnos que no pretende reinar sobre los pueblos y sus gobiernos cuando dijo: “Mi reino no es de este mundo”?
   Jesucristo dijo a Pilato: “Mi reino no es de este mundo” para darnos a entender que no es el mundo quien le ha dado su potestad, sino su Padre celestial, como lo ha declarado en estas palabras: “Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre.” (S. Mat. 11. 27.) “Todo poder me ha sido entregado en el cielo y en la tierra.” (ibid. 28, 18.).

El Reino de Satanás.

II. El Reino de Satanás — la Francmasonería y el Liberalismo.


   “En nuestra época parece que los fautores del mal se han unido en Inmenso esfuerzo, a impulso y con ayuda de una sociedad esparcida en gran número de lugares y vigorosamente organizada, la francmasonería.”
   “Los que tomando nombre de Libertad se llaman a sí mismos Liberales, son imitadores de Lucifer, aquel cuyo nefando grito es: “¡No serviré!” (Palabras de León Xlll.)


   1. ¿Existe en el mundo un reino de Satanás?
   Hay un reino de Satanás en el mundo como lo declara repetidas veces Jesucristo: “Llega el príncipe de este mundo y en mí no tiene parte alguna” (s. Juan 14, 30.) “El príncipe de este mundo ya está juzgado.” (Ibid. 16, 11.)


   2. ¿Quiénes forman el reino de Satanás?
   El reino de Satanás se compone de todos los que hacen la guerra a Dios y a su santa Iglesia, siguiendo el ejemplo de Lucifer, quien se alzó contra el Señor diciendo: “¡No serviré!”


   3. ¿Qué nombre toman los que en el día siguen la bandera del ángel rebelde?
   Los enemigos más declarados del reino de Dios forman en el día de hoy una sociedad oculta o secreta que se llama francmasonería, con la cual está íntimamente unida la secta del liberalismo, porque tiene el mismo fin y los mismos principios.

   4. ¿Cuál es el fin característico de las sectas masónicas y liberales?
   El fin de estas sectas es separar al hombre de Dios y destruir la autoridad de la Iglesia católica.


   5. ¿Qué diferencia hay entre los masones y la secta liberal?
   Los masones se tienen escondidos y no quieren ser conocidos; la secta liberal por lo contrario se manifiesta públicamente, ofreciendo a los pueblos progreso, civilización y felicidad nunca vista, con tal que se separen de la Iglesia de Dios.
   Del mismo modo engañó Satanás a nuestros primeros padres, ofreciéndoles que llegarían a ser iguales a Dios negándole la obediencia.


   6. ¿Cuál es el medio principal que los masones emplean para combatir a la Iglesia?
El medio principal que los masones emplean para destruir la religión de Jesucristo es desacreditar a los sacerdotes valiéndose de la calumnia y de la mentira.
   “Preciso es mentir como diablos, decía Voltaire, pues siempre queda algo.”


   7. ¿Cómo procede la secta del liberalismo para destruir la autoridad de Dios?
   El liberalismo quiere persuadirnos de que el hombre no tiene otra ley que su propia voluntad; que no depende de Dios ni de la Iglesia; de esta manera entiende la libertad que ofrece a los pueblos.


   8. ¿Qué hace el liberalismo para introducir esta su falsa libertad?
   El liberalismo se vale principalmente de los medios siguientes:
   Procura que los pueblos y sus gobiernos excluyan a Dios de la constitución y de sus leyes, alegando que la religión nada tiene que ver con la política.
   Enseña que cada uno puede creer, hablar y escribir lo que quiere, sea verdad o mentira, bueno o malo.
   No consiente que en las escuelas públicas se enseñe la religión a los niños.
   Quiere excluir a Dios de las familias, haciendo que los esposos no se unan con el sacramento del matrimonio, sino que vivan en mal estado o concubinato.


   ¿De qué engaño deben precaverse los católicos cuando oyen o leen las doctrinas liberales?
   Fieles imitadores del padre de la mentira, los liberales emplean constantemente el engaño siguiente: Cuentan y exageran los males que la humanidad ha sufrido hasta los tiempos presentes; en seguida atribuyen maliciosamente estos males a la Iglesia y a la religión, y finalmente prometen que con los principios de su mentida libertad todo cambiará, todo ha de ser progreso y felicidad.


   10. ¿De qué manera se puede deshacer esta astucia de la secta liberal?
   Hay un medio muy fácil para desvanecer este engaño; pregúntese a la secta liberal ¿qué ha hecho ella en los pueblos y en los tiempos que ha tenido el gobierno? Su libertad es tiranía, la felicidad que ofrecen es perseguir a los institutos de caridad con que la Iglesia sabe aliviar todas las dolencias.
   Como naturalmente se presenta aquí una pregunta, a saber ¿si los masones y liberales podrían formar una sociedad civil duradera aplicando su doctrina y principios? Anticipándonos a las demostraciones posteriores diremos algo sobre esta curiosa pregunta.
   El demonio puede destruir, pero no tiene poder para edificar cosa que dure; sin Dios, sin religión y sin las virtudes que ésta inspira es imposible que dure una sociedad humana. Un pueblo de sólo masones comería sus propias entrañas. En efecto, hubo época en que los liberales y masones tuvieron plena libertad para mostrar lo que pueden; pues en la revolución francesa se pusieron a la obra organizando una república según “los derechos del hombre” que son el Credo del liberalismo.
   — ¿Qué hubo entonces?
   Sangre y exterminio, reinado del terror, una tiranía cual nunca había visto la humanidad, y en poco tiempo se mataron unos a otros.
   Nuestros libros sagrados nos anuncian claramente que Dios en sus adorables decretos permitirá que Lucifer consiga por medio del Anticristo establecer su reino satánico en la tierra con aparente triunfo sobre la Iglesia. Entonces el Anticristo, jefe del reino satánico, prohibirá el culto cristiano; pero a pesar de todo su poder, su reino será de corta duración y sus días serán contados, como lo anuncia el profeta Daniel en las palabras siguientes: “Desde el tiempo en que será quitado el sacrificio perpetuo (la Misa) y será entronizada la abominación de la desolación, pasarán mil doscientos y noventa días. Bienaventurado el que espere y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.” (Dan. 12, 11. 12.)
   De la exposición general que acabamos de hacer resulta claramente la diferencia que existe entre los nobilísimos principios de la política cristiana y los perniciosos errores del liberalismo. Resumiéndolos todos en el cuadro siguiente proponemos el argumento de este libro:

    La Iglesia enseña: El Liberalismo pretende:
   Iglesia: Que Dios es el autor de la sociedad civil.  
   Liberalismo: Que el hombre por sí solo es autor de la sociedad civil sin participación de Dios. — Contrato o pacto social.

   Iglesia: Que las leyes civiles deben fundarse en la ley de Dios, quien es Supremo Legislador.
   Liberalismo: Que el pueblo “soberano” es el Supremo Legislador y que las leyes nacen de la sola voluntad humana.

   Iglesia: Que los gobiernos deben ser cristianos y apoyar a la Iglesia.
   Liberalismo: Que los gobiernos deben ser ateos, esto es, sin religión alguna.

   Iglesia: Que la conciencia del hombre depende de Dios.
   Liberalismo: Que la conciencia no depende de Dios. — Moral independiente.

   Iglesia: Que la verdadera libertad se somete a la ley de Dios.
   Liberalismo: Que la libertad es negar la obediencia a Dios.

   Iglesia: Que la enseñanza dada en las escuelas debe ser cristiana.
   Liberalismo: Que ninguna religión debe ser enseñada en las escuelas.

   Iglesia: Que la imprenta debe sujetarse a la ley moral y religiosa dada por Dios.
Liberalismo: Que la imprenta debe ser libre para publicar y enseñar cualquier error o falsedad.

   Iglesia: Que el matrimonio es un sacramento instituido por Dios e indisoluble.
   Liberalismo: Que el matrimonio no es de institución divina, sino puramente humana. — Matrimonio civil.


   Después de haber dilucidado estas diversas cuestiones, examinaremos el carácter íntimo de las sectas masónicas y liberales y los medios que ponen por obra para engañar y pervertir a los pueblos.


   Finalmente trataremos de algunas asociaciones modernas que son hijas del liberalismo masónico.


“LA SOCIEDAD CIVIL CRISTIANA
SEGÚN
LA DOCTRINA DE LA IGLESIA ROMANA”
AÑO 1893


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